lunes, 2 de diciembre de 2019

Diciembre - 2019.






La robot Rosie tuitea para promover la responsabilidad social en Brasil (YASODARA CORDOVAEDUARDO VICENTE GONÇALVES/29 DE OCTUBRE DE 2019): En Brasil, el equipo del Gobierno encargado de procesar el reembolso de los gastos realizados por los miembros del Congreso recibe más de 20 000 solicitudes al mes. Este proceso, que en gran medida se lleva a cabo en forma manual, está sujeto a errores y es susceptible de corrupción. En el marco de la ley brasileña, esta información se encuentra disponible para el público, por lo que es posible verificar su exactitud mediante un análisis posterior. No obstante, es difícil examinar un número tan elevado de transacciones. Afortunadamente, Rosie, un robot creado para analizar los gastos de los miembros del Congreso brasileño, está proporcionando ayuda.
Rosie es producto de la Operación Serenata de Amor, un proyecto emblemático que creamos junto con otros hackers cívicos. Sospechábamos que los datos entregados por los miembros del Congreso, en particular aquellos sobre los reembolsos relacionados con su trabajo, no eran siempre precisos. Si bien existían reglamentaciones claras y directas en materia de reembolsos, nos preguntábamos si las personas podían evadirlas con facilidad.
Por otra parte, considerábamos que el potencial de los portales de transparencia y los datos públicos no se estaba aprovechando plenamente para fines de rendición de cuentas. Los ciudadanos tenían dificultades para entender la jerga del sector público y descifrar el enorme volumen de datos. Así pues, pensamos que la ciencia de datos podía ser útil para interpretar los datos de libre acceso  suministrados por el Gobierno de Brasil.
Usando métodos ágiles de desarrollo de software, específicamente el diseño guiado por el dominio (DDD) —un marco de proceso flexible y adaptable para solucionar problemas complejos—, nuestro grupo comenzó a estudiar las reglamentaciones y a convertirlas en código de software. Con ese fin, aplicamos el proceso de ingeniería inversa a los documentos legales: primero estudiamos las normas sobre reembolso y, luego, intercambiamos ideas para evadirlas. A continuación, consideramos los registros que dicha evasión dejaría en las bases de datos y elaboramos un medio para identificar esos registros utilizando los datos existentes. La base de datos del gasto público contenía imágenes de los recibos utilizados para solicitar los reembolsos y pudimos constatar que se habían incluido gastos, como por ejemplo bebidas alcohólicas, que no se podían pagar con fondos públicos. Bautizamos a nuestra creación con el nombre Rosie.
Este método para investigar las reglamentaciones y luego traducirlas en software de manera ágil se denomina diseño guiado por el dominio (DDD). Se utiliza para sistemas complejos y es un mecanismo útil que analiza los datos y el sector como un ecosistema, y luego usa observaciones y prototipos rápidos para generar y comprobar un modelo en evolución. Rosie trabaja de este modo. Examina los datos declarados e identifica como “sospechosos” algunos gastos específicos efectuados por los representantes. Las compras que indican que el miembro del Congreso estuvo el mismo día y a la misma hora en dos lugares diferentes, constituyen un buen ejemplo.
Cuando encuentra una transacción sospechosa, Rosie automáticamente comunica los resultados a los ciudadanos y a los miembros del Congreso a través de tuits. Invita a los ciudadanos a corroborar o descartar las sospechas, y solicita a los congresistas que justifiquen sus actos.
Rosie no trabaja sola. Además de traducir la legislación en código informático, el grupo creó nuevas interfaces para ayudar a los ciudadanos a comprobar las sospechas de Rosie. La misma información que estaba diseminada en diversos lugares en sitios web oficiales del Gobierno se recopiló en una plataforma más intuitiva, indexada y legible por máquina. Esta plataforma se denomina Jarbas —el nombre se derivó del sistema de inteligencia artificial (IA) que controla la mansión de Tony Stark en Iron Man, J.A.R.V.I.S., (originado en el ser humano “Jarbas”) — y es un sitio web y una interfaz de programación de aplicaciones (API) que ayuda a los ciudadanos a navegar con más facilidad y a consultar datos de diversas fuentes. En conjunto, Rosie y Jarbas permiten que los ciudadanos usen e interpreten los datos para decidir si hubo, o no, un uso indebido de los fondos públicos. Hasta el momento, Rosie ha enviado 967 tuits. En particular, puede detectar con precisión los sobreprecios en los gastos de comida. Según una investigación en curso, realizada por el grupo, desde que Rosie comenzó a funcionar, los miembros del Congreso han reducido dichos gastos en alrededor de un 10 %.
Los resultados son alentadores, y no solo desde la perspectiva de la responsabilidad social, la lucha contra el uso indebido de los fondos públicos y la captura del Estado, cuestiones que han menoscabado por mucho tiempo el desarrollo saludable de los países. También lo son en términos de participación ciudadana. Este proyecto abarcó una pequeña cantidad del gasto, en comparación con el gasto público total en Brasil, pero indica que las técnicas de IA pueden ofrecer nuevas herramientas para la detección y para la asignación de los recursos escasos.  La IA también puede ser una herramienta para limitar el alcance de los datos públicos generales de libre acceso a contextos muy específicos focalizados en la ciudadanía, de manera que los datos se puedan procesar con más facilidad y sean más accesibles para las propias personas. Si bien esto es más fácil en la teoría que en la práctica, es fundamental para entender los componentes de esta iniciativa que han hecho que sea sumamente fructífera.
Visite nuestra página la próxima semana para ver la segunda parte de esta entrada de blog y obtener información sobre los principales componentes de esta iniciativa que han hecho que sea sumamente fructífera. La tecnología fue solo el punto de partida. ¡Analizaremos los aspectos de Rosie que la convierten en una herramienta poderosa para promover la responsabilidad social!
Nota del editor: Eduardo Gonçalves es uno de los cofundadores de la Operación Serenata de Amor, y Yasodara Cordova se ha desempeñado como directora ejecutiva de la iniciativa. En la actualidad, ambos son becarios en el área de enfoques ágiles/participación ciudadana del Banco Mundial, donde aportan sus conocimientos técnicos con el objeto de lograr que los proyectos del Banco Mundial sean más eficaces para poner fin a la pobreza y promover la prosperidad compartida.


Cuatro maneras en que las economías de ingreso bajo pueden aumentar los ingresos fiscales sin afectar el crecimiento (31 de octubre 2019): Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se necesita un aumento masivo de las inversiones en la próxima década, una cifra anual que equivaldría al 8,2 % del PIB nacional en algunos países en desarrollo. Eso es una tarea difícil incluso para los países más ricos. En el caso de los países de ingreso bajo podría ser una carga agobiante.
La mayoría de estos países ya se han extralimitado: la mitad de los países más pobres que pueden recibir asistencia de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial están expuestos a un alto riesgo de sobreendeudamiento o ya están sobre endeudados. Muchos de ellos reconocen que contraer préstamos de acreedores extranjeros será una opción limitada en el futuro, y que movilizar recursos nacionales en forma de ingresos fiscales será fundamental para el crecimiento económico.
En la actualidad, más de un tercio de los países de la AIF —y el 70 % de los países frágiles y afectados por conflictos— recaudan impuestos que equivalen a menos del 15 % del PIB nacional. Eso es apenas suficiente para que los Gobiernos lleven a cabo las funciones públicas más básicas. Subir únicamente las tasas impositivas sería contraproducente, ya que podría agravar la pobreza y desacelerar el crecimiento. Se necesita un enfoque más inteligente para impulsar la recaudación de impuestos de forma sostenible.
A continuación, presentamos cuatro maneras de hacerlo:
Generar confianza y proporcionar pruebas: Para que la tributación funcione, los ciudadanos deben confiar en sus Gobiernos.  Necesitan pruebas de que sus recursos ganados con esfuerzo se usan de manera apropiada, y que a largo plazo se beneficiarán de los proyectos realizados con fondos de los contribuyentes.
Eso requiere transparencia con respecto al gasto público. Los Gobiernos pueden comenzar implementando y publicando una estrategia de ingresos a mediano plazo para que todos los ciudadanos se informen acerca de cómo se utilizan los impuestos que ellos pagan.
También se necesitan pruebas de que los contribuyentes están consiguiendo más por su dinero. En países donde existe una gran desconfianza, los Gobiernos pueden comprometer nuevos recursos para proyectos específicos que ofrezcan beneficios visibles para el ciudadano medio: la construcción de un nuevo hospital o de una nueva escuela puede contribuir en gran medida a generar confianza. A medida que se tiene seguridad en la capacidad de un país para proporcionar buenos servicios públicos, los Gobiernos pueden dejar de asociar los nuevos ingresos tributarios con proyectos particulares. La mejora de los servicios públicos aumentará la esperanza de las personas en el Gobierno, y se reducirá así la evasión tributaria y se aumentarán aún más los ingresos fiscales, lo que mantendría el nivel de los servicios gubernamentales, promoviéndose un círculo virtuoso entre la confianza de los ciudadanos y la prestación de los servicios públicos.
Mantener la simpleza: Los sistemas tributarios complejos promueven una cultura de evasión y pueden generar oportunidades para la corrupción.  Considere el ejemplo de América Latina: la empresa promedio debe ocupar 547 horas al año para realizar 22 pagos de impuestos por separado. No es sorprendente que los países de América Latina y el Caribe perdieran USD 340 000 millones en 2015 debido a la evasión tributaria.
Un informe de 2014 del Grupo Banco Mundial reveló que una reducción del 10 % tanto en el número de pagos como en el tiempo para cumplir con los requisitos tributarios puede disminuir la corrupción en materia tributaria en un 9,64 %. Un código más simple puede incentivar a más empresas pequeñas a ingresar al sector formal que paga impuestos. También crea un entorno más previsible para los inversionistas internacionales, atrayendo inversiones e ingresos tributarios.
Nos alegra que los países vean el beneficio de hacer estos cambios y estén tomando medidas. Cincuenta economías (i) tienen ahora solo un impuesto por base impositiva. En los últimos 13 años, 57 economías agruparon o eliminaron ciertos impuestos.
Digitalizar: Cuanto más simple es un sistema tributario, tanto más fácil es permitir el pago electrónico de impuestos.
Más países están avanzando en esta dirección, aunque las mejoras son dispares. En Côte d’Ivoire, por ejemplo, el tiempo para preparar y declarar impuestos se redujo de 270 horas a 205 horas en 2017, después de la introducción de un sistema de presentación de declaraciones en línea para las empresas. Sin embargo, en Gabón, el tiempo de preparación y presentación aumentó en 2017 pese a la disponibilidad de un nuevo sistema electrónico.
Para que la digitalización funcione en todos los ámbitos, muchos países tendrán que superar obstáculos en materia de infraestructura básica de tecnologías de la información (TI). Pero una vez que los elementos principales empiecen a funcionar, los países pueden avanzar combinando la digitalización de los impuestos con otros enfoques innovadores, como la identificación digital, las finanzas digitales, el seguimiento en línea de facturas y ventas o las declaraciones de impuestos que se llenan automáticamente y que los ciudadanos solo tienen que confirmar. Kenya, por ejemplo, aprovechó su extendido sistema de transferencias de dinero, M-Pesa, para permitir a los contribuyentes declarar y pagar sus impuestos de manera electrónica a través de dicha plataforma.
Encontrar nuevas fuentes de ingresos: Los impuestos a la propiedad, al consumo y al carbono son fuentes importantes de posibles ingresos en los países de ingreso bajo, porque se aplican principalmente a los hogares más ricos.  También pueden desalentar comportamientos no deseados, como conducir automóviles en zonas ya congestionadas, fumar o consumir alimentos poco saludables.
Apoyamos la iniciativa mundial liderada por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) para replantear cómo se cobran impuestos a las grandes —y a menudo digitalizadas— empresas multinacionales, lo que podría tener un gran impacto en los países en desarrollo. Actualmente, los Gobiernos de todo el mundo pierden entre USD 100 000 millones (i) y USD 600 000 millones (i) en ingresos fiscales debido a la evasión de impuestos. La propuesta de la OCDE representa un punto de inflexión para las normas tributarias internacionales y, si se aplican bien, se podrían reasignar más fondos a los Gobiernos de los países en desarrollo, como se explicó en un nuevo documento del Banco Mundial titulado International Tax Reform, Digitalization and Developing Economies (Reforma fiscal internacional, digitalización y economías en desarrollo).
Requisitos previos para el cambio: En el Banco Mundial, nos concentramos en ayudar a los países a movilizar los ingresos fiscales (i) que necesitarán para su desarrollo. En Senegal, estamos ayudando al Gobierno a poner en marcha una estrategia de ingresos fiscales a mediano plazo. En Mauritania y Cabo Verde, apoyamos los esfuerzos del Gobierno para publicar los gastos fiscales y eliminar los impuestos ineficaces en función de los costos. En Uganda, trabajamos con las autoridades para identificar posibles áreas en que se pueden aplicar impuestos selectivos. Y en Sierra Leona, estamos colaborando con el Gobierno para modernizar su Departamento de Aduana y su Departamento de Impuestos Internos. En el primer trimestre de 2019, los ingresos casi se duplicaron en términos interanuales, aumentando de 127 000 millones de leones en el mismo periodo de 2018 a 211 000 millones de leones.
Estas mejoras no son fáciles de lograr. Dependen de elementos básicos que son difíciles de materializar, como la infraestructura digital básica y la voluntad política. A pesar de los desafíos, tengo esperanzas. En la última década, los países realizaron cientos de reformas (i) con el fin de mejorar los sistemas tributarios. Con más trabajo, podemos movilizar más recursos internos y subsanar el déficit de financiamiento para los ODS.


El papel de Nueva Zelandia en la mejora de los niveles de vida en el mundo (15 de noviembre del 2019): Crecí en Palmerston North en la década de 1960 durante un periodo de generosas inversiones públicas en salud y educación. Formé parte de una generación que se benefició de excelentes servicios de salud infantil y de desarrollo de la primera infancia, como leche gratuita en la escuela, Playcentre (una organización que opera centros de enseñanza preescolar dirigidos por los padres) y Plunket (una organización que brinda servicios de apoyo a padres de recién nacidos). Tuvimos oportunidades que nuestros padres no tuvieron: mi mamá y mi papá abandonaron la escuela al final de lo que entonces era el sexto año escolar, pero estaban decididos a que sus cuatro hijos completaran la educación secundaria.
Hoy, ocupo el cargo de vicepresidenta de Desarrollo Humano del Grupo Banco Mundial, y superviso operaciones de financiamiento y proyectos por valor de más de NZD 15 000 millones (USD 10 000 millones) al año, y en gran medida esto se debe a que tuve la suerte de crecer en un país estable y próspero que realizó inversiones eficaces en salud, nutrición y educación, especialmente para la primera infancia.
La historia de éxito de Nueva Zelandia se cuenta a menudo en términos de sus exportaciones de cordero, lana, kiwi y productos agrícolas. Pero el mayor activo de nuestro país siempre ha sido nuestra población que fue preparada para hacer cosas increíbles en Aotearoa (el nombre de Nueva Zelandia en maorí) y en el escenario mundial. Algunos ciudadanos destacados son el científico Alan MacDiarmid, ganador del Premio Nobel; el cineasta Taika Waititi, y la compañía internacional de danza Black Grace.
El propio desarrollo de Nueva Zelandia y su historial de inversiones en el fortalecimiento del capital humano, para usar el vocabulario del Banco Mundial, significa que nuestro país tiene mucho que compartir con el mundo y especialmente con los países de ingreso bajo.
Más allá del intercambio de conocimientos, una de las maneras más eficaces de demostrar solidaridad con los países más pobres del mundo es a través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, que está examinando su próximo paquete de financiamiento para un periodo de tres años con nuestros 55 países donantes asociados.
Creciendo en Nueva Zelandia: Annette Dixon (izquierda) con su hermano Glenn, alimentando corderos mientras se hospedaba con su familia en una granja.
Crecer en Nueva Zelandia: Annette Dixon (izquierda) con su hermano Glenn, alimentando a los corderos en una granja familiar.
Nueva Zelandia ha sido miembro de la AIF desde hace más de 40 años. En este tiempo, la AIF ha logrado grandes resultados ayudando a los países a salir de la pobreza, y muchos de estos países ahora son donantes de la AIF y asociados comerciales de Nueva Zelandia.
Pero los países que siguen siendo pobres hoy suelen ser extremadamente frágiles y luchan por invertir en su propia población, teniendo que lidiar al mismo tiempo con conflictos de larga duración y los efectos del cambio climático.
La AIF combate la pobreza extrema creando oportunidades para las personas de los países más pobres del mundo mediante donaciones y préstamos en condiciones concesionarias.  En la actualidad, es el segundo mayor donante en la región del Pacífico, apoyando 61 proyectos con casi NZD 2350 millones (USD 1500 millones). Desde 2011, el número de operaciones en el Pacífico se ha triplicado con creces, en tanto que los desembolsos han aumentado más de seis veces.
Muchas de estas donaciones y préstamos se otorgan de conformidad con el Proyecto de Capital Humano, una iniciativa del Banco Mundial para ayudar a los países a invertir más y de manera más eficaz en las personas. A nivel mundial, casi el 60 % de los niños que nacen hoy llegará a ser, en el mejor de los casos, la mitad de productivo de lo que podría ser si tuviera educación completa y plena salud , y más de la mitad de los niños de 10 años que viven en países en desarrollo no puede leer.
Lograr avances en el ámbito del capital humano es un objetivo central en el camino de la región del Pacífico hacia el desarrollo sostenible.
En Tonga, la AIF ayuda a 10 500 jóvenes a alcanzar su máximo potencial apoyando al Gobierno en la entrega de transferencias en efectivo para que los padres puedan mantener a sus hijos en la escuela secundaria. También trabajamos para mejorar los cursos de enseñanza técnica y profesional para aumentar la empleabilidad de los graduados, no solo en Tonga sino también en Australia y Nueva Zelandia.
En Papua Nueva Guinea, con el apoyo de la AIF más de 18 000 jóvenes desfavorecidos completaron su capacitación laboral, realizaron prácticas laborales y abrieron cuentas bancarias. Además, se crearon más de 800 000 días de empleo en diversos proyectos, incluidas iniciativas para mejorar la infraestructura.
Además de apoyar el capital humano, la AIF invierte en todo el Pacífico para establecer sistemas y crear infraestructura que resista mejor los impactos derivados del cambio climático, impulsar la integración regional, ayudar a fortalecer las políticas de deuda y la gestión de esta, y se encuentra preparada para dar acceso al financiamiento cuando ocurren las crisis. La misión de la AIF está estrechamente vinculada con la política de reposicionamiento del Pacífico, impulsada por Nueva Zelandia, para apoyar la resiliencia de los países de la región frente al cambio climático, mejorar la gobernanza y cerrar las brechas de género.
Nueva Zelandia es un país pequeño, pero se destaca en el terreno internacional. Si bien depende de instituciones mundiales como el Banco Mundial, también las fortalece con su presencia y puntos de vista. Manteniéndonos juntos, podemos continuar impulsando la prosperidad compartida. Esto es válido no solo en el Pacífico, sino también a nivel mundial. Con cada dólar que se recibe de los donantes, la AIF puede comprometer USD 3 para los países beneficiarios.  Esto a su vez se traduce en esfuerzos liderados por los países que crean mejores niveles de vida y una mayor estabilidad, beneficiando a todos. En el primer año de implementación del Proyecto de Capital Humano, (PDF, en inglés) 63 países de ingreso bajo y mediano han suscrito la iniciativa para invertir más en sus ciudadanos.
Gambia, por ejemplo, priorizó un programa que permite a los hogares más pobres cubrir las necesidades básicas invirtiendo al mismo tiempo en la educación infantil. Pakistán puso en marcha una política emblemática para reducir la desigualdad utilizando datos y tecnologías. Y Malí anunció reformas importantes que establecerán la gratuidad de los servicios de salud para los niños menores de 5 años y las mujeres embarazadas.
Tuve la suerte de nacer en un momento en que Nueva Zelandia podía invertir en la crianza de los niños Kiwi. Eso hizo que mis posibilidades de vida fueran mucho mayores que las de una niña nacida hoy en Chad, un país con una de las tasas de mortalidad infantil más altas del mundo. Todos los niños merecen recibir la ventaja inicial que proviene de la inversión en el desarrollo en la primera infancia, la salud y la educación.
Mostrando solidaridad con las naciones más pobres del mundo a través de la AIF, Nueva Zelandia puede aprovechar su experiencia y voz para difundir sus historias exitosas en el ámbito del desarrollo humano, y continuar usando su mana (prestigio) para ayudar a generar mayor estabilidad y prosperidad en todo el mundo.
Este artículo de opinión se publicó originalmente en The Herald. (i)
Annette Dixon es vicepresidenta de Desarrollo Humano del Grupo Banco Mundial.


OEFA capacita a 92 Entidades de Fiscalización Ambiental de Arequipa para que formulen, aprueben y registren adecuadamente su Planefa 2021 (Arequipa, 15 de noviembre del 2019): El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), como ente rector del Sistema Nacional de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Sinefa), realizó dos talleres de capacitación dirigido a los funcionarios de 8 municipalidades provinciales, 83 municipalidades distritales, así como del Gobierno Regional del departamento de Arequipa, en su calidad de Entidades de Fiscalización Ambiental (EFA) a fin de que formulen, aprueben y registren su Plan Anual de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Planefa) 2021, en base a la problemática ambiental local y regional.
El primer taller desarrollado en horas de la mañana, contó con la participación de 143 funcionarios/as de las municipalidades distritales y provinciales del departamento, mientras que en el segundo taller participaron los funcionarios/as de las distintas direcciones con competencias en fiscalización ambiental del Gobierno Regional de Arequipa.
Los participantes fueron dotados de las herramientas necesarias que les permitan realizar una planificación adecuada de las acciones de fiscalización ambiental de acuerdo a sus competencias, priorizando los resultados y la programación de acciones en las zonas de mayor riesgo ambiental, a fin de contribuir a generar beneficios reales en las localidades.
El OEFA viene replicando estos talleres en los 24 departamentos del Perú buscando contribuir en la generación de impactos positivos en el ambiente a través de las entidades que conforman el Sinefa.
Oficina de Relaciones Institucionales y Atención a la Ciudadanía.
ORI – OEFA


OEFA capacita a 38 Entidades de Fiscalización Ambiental de Lambayeque para que formulen, aprueben y registren adecuadamente su Planefa 2021 (Chiclayo, 19 de noviembre del 2019): El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), como ente rector del Sistema Nacional de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Sinefa), realizó dos talleres de capacitación dirigido a los funcionarios de 3 municipalidades provinciales, 35 municipalidades distritales, así como del Gobierno Regional del departamento de Lambayeque, en su calidad de Entidades de Fiscalización Ambiental (EFA) a fin de que formulen, aprueben y registren su Plan Anual de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Planefa) 2021, en base a la problemática ambiental local y regional.
El primer taller desarrollado en horas de la mañana, contó con la participación de 61 funcionarios/as de las municipalidades distritales y provinciales del departamento, mientras que en el segundo taller participaron los funcionarios/as de las distintas direcciones con competencias en fiscalización ambiental del Gobierno Regional de Lambayeque.
Los participantes fueron dotados de las herramientas necesarias que les permitan realizar una planificación adecuada de las acciones de fiscalización ambiental de acuerdo a sus competencias, priorizando los resultados y la programación de acciones en las zonas de mayor riesgo ambiental, a fin de contribuir a generar beneficios reales en las localidades.
El OEFA viene replicando estos talleres en los 24 departamentos del Perú buscando contribuir en la generación de impactos positivos en el ambiente a través de las entidades que conforman el Sinefa.
Oficina de Relaciones Institucionales y Atención a la Ciudadanía
ORI – OEFA


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