Exportaciones peruanas generaron 1.24 millones de puestos de trabajo (03 DE AGOSTO DE 2021) FUENTE: HTTPS://ANDINA.PE/: La Asociación de Exportadores (Adex) informó que entre enero y mayo de este año los empleos asociados con las exportaciones en el Perú mantuvieron un stock de un millón 246,634 puestos de trabajo (entre directos, indirectos e inducidos).
Ello
implicó una variación positiva de 33.7% respecto a lo registrado en igual
período del 2020 (932,228 puestos), detalló el Centro de Investigación de
Economía y Negocios Globales del gremio empresarial.
Adex
subrayó que estas cifras superaron las registradas antes de la pandemia. Si se
compara con enero-mayo del 2019 (un millón 148,698 puestos), el incremento fue
de 8.5%.
Por
sectores: Precisó que el stock de puestos generados por la oferta
primaria fue de 413,440, lo cual significó un aumento de 38.7%, y por la no
tradicional 833,194, creciendo 31.4%. Ambas representaron el 33.2% del total y
el 66.8%, respectivamente.
Agregó
que los 314,406 nuevos empleos generados hasta mayo se concentraron
principalmente en cuatro subsectores, principalmente la agroindustria, seguida
de la minería, confecciones y pesca para Consumo Humano Directo (CHD).
La
primera registró un stock de 535,889 (aumento de 18.4%) gracias a los mayores
despachos de superfoods, segmento que crea más puestos de trabajo a lo largo de
todas las cadenas productivas.
La
minería, en segundo lugar, alcanzó 322,346 y un alza de 36.7% (86,526 empleos
nuevos) debido a los mayores despachos de cobre, oro, hierro, entre otros,
destacó.
Le
siguieron las confecciones con un stock de 100,101 empleos y una variación
positiva de 73.4%, impulsado por los despachos de t-shirts de algodón, prendas
para bebés, suéteres y chalecos; y la pesca de CHD con 82,682 puestos de
trabajo (66.1% más) gracias a la mayor demanda de pota y calamares congelados y
en conserva, langostinos, jureles y caballas congelados, conchas de abanico y
otros.
Completan
el ranking el agro tradicional con un stock de 46,201 (2.8%), la pesca
tradicional con 43,127 (173.1%), la siderometalurgia 23,943 (94.1%), el textil
19,663 (61.6%), minería no metálica 17,829 (66.2%), ‘varios’ 15,210 (45.7%),
químico 15,004 (26.1%), metalmecánica 11,882 (27%), maderas 10,991 (60.9%) e
hidrocarburos 1,767 (8.4%).
Regiones: El
informe del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales (Cien-Adex)
detalló que un total de 22 regiones del país mejoraron su empleabilidad ligada
a la exportación: Lima con 326,993, seguida por Ica (210,898), Piura (134,175)
y La Libertad (100,038), todas ellas con fuerte presencia de la agroindustria.
En
contraste, Huánuco (571) y Huancavelica (1,756) en la zona andina; y Loreto
(959) y Madre de Dios (1,985) en la Amazonía, fueron las que menos empleos
registraron entre enero y mayo de este año.
ONU
insiste en necesidad de plan global de vacunas antiCovid-19 (04 DE AGOSTO DE
2021) FUENTE: HTTPS://WWW.PRENSA-LATINA.CU/: El mundo necesita un
Plan Global de Vacunas para al menos duplicar la producción de inmunizantes
contra la Covid-19 y asegurar su distribución equitativa, metas que aparecen
hoy muy lejanas en diversas regiones.
Así
destacó el secretario general de la ONU, António Guterres, en su cuenta oficial
en Twitter y mencionó tres áreas a las cuales dar prioridad en aras de mejorar
el acceso a esas dosis.
En
tal sentido, indica que urge un mayor intercambio de tecnología y
conocimientos, el fortalecimiento y desarrollo de capacidades de producción
local en todo el mundo, y el abordaje de los cuellos de botella en las cadenas
de suministros.
Desde
mediados de 2020, el máximo representante de Naciones Unidas ha recalcado que,
en primer lugar, para hacer frente a la pandemia de Covid-19 es necesario
garantizar una distribución equitativa de los inmunizantes.
Recientemente,
un informe conjunto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Universidad de Oxford indicó que la
desigualdad en el acceso a las vacunas antiCovid-19 tendrá un efecto duradero y
profundo en la recuperación socioeconómica.
Llegó
la hora de garantizar rápidamente vacunas, eliminar barreras al aumento de la
fabricación y ofrecer apoyo financiero dirigido a distribuirlas equitativamente
con el fin de lograr una verdadera recuperación económica mundial, recalcó ese
reporte.
Por
su parte, el representante de la OMS en Egipto, Gaeema Al Gasseer, lamentó la
falta de disponibilidad de inmunizantes para los países menos desarrollados.
El plan inicial era distribuir dos mil millones de dosis entre esas naciones a través del mecanismo Covax -iniciativa global impulsada para tal fin-, pero fue imposible alcanzar la cifra porque la producción es menor que la demanda, subrayó en una entrevista con el diario Al Ahram.
Si
bien el objetivo era inmunizar al 10 por ciento de la población mundial en
septiembre de 2021, el 40 por ciento en diciembre y el 70 por ciento para el
próximo año, esto no se logró, expuso Al Gasseer.
Como
ejemplo citó el caso de África, donde se vacunó hasta la fecha a menos del uno
por ciento de sus habitantes.
Canadá
apoyará con 6,5 millones de dólares a pequeños agricultores de Bolivia,
Honduras, Nicaragua y Perú impactados por la pandemia (04 DE AGOSTO DE 2021)
FUENTE: HTTPS://NEWS.UN.ORG/: Los fondos, que serán canalizados por la agencia
de la ONU para la agricultura, beneficiarán a 48.000 personas e impulsará la
resiliencia de pequeños productores, especialmente mujeres, jóvenes y pueblos
indígenas.
El
Gobierno de Canadá* aportará 6,5 millones de dólares al Programa de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
para Respuesta y Recuperación al COVID-19, para apoyar la recuperación de
pequeños productores afectados por la pandemia de COVID-19 en Bolivia,
Honduras, Nicaragua y Perú.
Un
total de 48.000 personas se verán beneficiadas por el programa en los cuatro
países, el cual pondrá un foco especial en las mujeres, los jóvenes y los
pueblos indígenas. La contribución de Canadá se destinará a la población más
vulnerable, a la prevención de nuevas crisis, al aumento de la resiliencia y a
la reconstrucción y transformación sostenible de sus sistemas alimentarios.
“Agradecemos
el apoyo de Canadá para ayudar a las comunidades más vulnerables de estos
cuatro países para que pueden recuperarse del enorme golpe que sufrieron como
consecuencia de la pandemia. Vemos un fuerte aumento de la pobreza y el hambre
entre las mujeres, las y los jóvenes y las comunidades indígenas. La
solidaridad de Canadá les ayudará a ponerse de pie. Se trata de que, al mismo
tiempo, puedan transformar sus sistemas agroalimentarios, para que sean más
resilientes frente a futuros shocks”, dijo Julio Berdegué, representante
regional de la agencia de la ONU para América Latina y el Caribe.
“Canadá
continuará trabajando con la comunidad mundial para fortalecer la resiliencia
de los sistemas agroalimentarios y proteger los medios de vida de las personas
afectadas por la pandemia”, dijo Karina Gould, ministra de Desarrollo
Internacional de Canadá.
Ayuda
a Bolivia: Con 2,17 millones de dólares, la FAO apoyará el acceso a
los alimentos de bolivianos vulnerables y a crear la resiliencia en territorios
comunales de las macroregiones de los Valles y el Chaco, lo que beneficiará a
10.000 miembros de pueblos originarios y 10 de sus organizaciones locales y
comunales.
La
Organización trabajará con el Ministerio de Defensa y el Ministerio de
Desarrollo Rural y Tierras, la Corporación Canadiense sin fines de lucro, la
Société de coopération pour le développement international (SOCODEVI), para
llevar a cabo el Programa para Respuesta y Recuperación al COVID-19 a nivel del
país.
Ayuda
a Perú: Perú contará con una ayuda de 1,9 millones para garantizar
la seguridad alimentaria y nutricional, y mejorar la capacidad de recuperación
de los medios de vida de los pueblos indígenas de la Amazonia afectados por el
COVID-19. Las intervenciones beneficiarán a más de 6000 personas pertenecientes
a 13 pueblos indígenas de la provincia de Atalaya, en la región Ucayali, y de
provincia de Satipo, en la región Junín, ambas ubicadas en la zona central del
país.
La
FAO trabajará con los Ministerios de Cultura, Desarrollo e Inclusión Social,
Mujer y Poblaciones Vulnerables, Desarrollo Agrario y Riego, con gobiernos
regionales y locales, y organizaciones de pueblos indígenas.
Ayuda
a Honduras: Este país centroamericano recibirá 1,6
millones para fomentar la capacidad de recuperación y la resiliencia de los
pequeños agricultores, mediante el empoderamiento socioeconómico de población
rural vulnerable.
Las
intervenciones beneficiarán a 18.000 personas, con especial atención a mujeres
y jóvenes, en tres mancomunidades: Asociación de Municipios Fronterizos de
Intibucá, Mancomunidad de Municipios del Centro de la Paz, y Mancomunidad de
Municipios del Norte de Choluteca.
La
FAO trabajará con la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), la Dirección
de Ciencia y Tecnología Agropecuaria, Unidad de Agricultura Familiar de SAG, el
Servicio de Emprendimiento y Pequeños Negocios (SENPRENDE), el Instituto
Nacional de la Juventud (INJ), el Instituto Nacional de Formación Profesional
(INFOP), y líderes de comunidades indígenas.
UNDP
Costa Rica: La ayuda canadiense beneficiará a 48.000
personas en Honduras, Nicaragua, Bolivia y Perú, e impulsará la resiliencia de
pequeños productores, especialmente mujeres, jóvenes y pueblos indígenas.
Ayuda
a Nicaragua: La ayuda a Nicaragua será de 1,5 millones, que
se utilizarán para apoyar a 14.000 personas en la zona del Corredor Seco, con
medidas para la recuperación del COVID-19, con enfoque de género, inclusión y
sostenibilidad ambiental.
El
proyecto será implementado de forma directa con una alta participación de
mujeres y jóvenes organizados en cooperativas, pequeñas empresas,
emprendimientos individuales o colectivos, y bancos comunitarios de semillas.
La
resiliencia de los pueblos indígenas: apoyando soluciones propias - LOUISE CORD
- DIANNA M. PIZARRO (06 DE AGOSTO DE 2021): Cuando empezó la
COVID-19, los pueblos indígenas temieron por la vida de sus ancianos (i) y por
la supervivencia de sus culturas (i). A pesar de los confinamientos, se
reportaba un aumento en las invasiones territoriales, las cuales sin duda iban
a contribuir a la propagación del virus en sus comunidades. Muchas de ellas muy
remotas, sin agua, saneamiento y a días de distancia de cualquier servicio de
salud. Los líderes pedían ayuda para movilizar alimentos, agua, jabón, equipos
de protección personal (EPP), termómetros y pruebas de detección del virus. Era
sorprendente que varios de los llamados más desesperados provinieron de pueblos
que, antes de la pandemia, habían gozado de mejores indicadores típicos de
desarrollo en términos de ingreso y acceso a servicios , debido a sus vínculos
con el turismo, los mercados externos y el empleo urbano informal. Los
programas de respuesta a la emergencia también resultaron desafiantes para
llegar a los pueblos indígenas. Con frecuencia, los programas de respuesta los excluía
de forma indirecta por sus criterios de elegibilidad, como fueron presentar
cuentas de electricidad, o por los mecanismos para entregar la asistencia, como
por ejemplo por supermercados urbanos.
En
medio de esta crisis, los pueblos indígenas se miraron hacia adentro para
encontrar su resiliencia. A medida que
las historias de contagio empezaron a salir en los titulares de noticia del
mundo, también surgieron relatos de las brigadas de salud encabezadas por sus propias
organizaciones. Estas brigadas, junto
con los médicos tradicionales, se convirtieron en una de las principales y, en
muchos casos, en la única fuente de alivio para muchas comunidades indígenas.
Como dice una cita: «Más que la vulnerabilidad, los pueblos indígenas hemos
demostrado resiliencia a lo largo de siglos de pandemias, y esta no será la
última vez». Este mensaje se convertiría en realidad al ver las imágenes de
mujeres indígenas de la Amazonia usando mascarillas de hoja de banana y la
movilización de líderes indígenas para recolectar y entregar alimentos frescos
a sus hermanos y hermanas más vulnerables.
Entonces,
¿qué hizo que algunos pueblos indígenas fuesen resilientes y otros no? ¿Por qué
algunos pueblos indígenas, que estaban mejor antes de la pandemia, se vieron
más afectados, mientras que otros pudieron autoorganizarse, evitar infectarse,
mantener la seguridad alimentaria y ayudar a otros pueblos más vulnerables?
En
la actualidad, el mundo se encuentra en un momento de inflexión en el que la
reconstrucción de sociedades más inclusivas y sostenibles son preguntas
predominantes. Además de la pandemia, los pueblos indígenas y otros grupos
vulnerables enfrentan impactos devastadores provocados por el cambio climático
(i). Para comprender qué ha impulsado la resiliencia de los pueblos indígenas
ante la pandemia y ante los eventos climáticos extremos recientes, el Banco
Mundial (i) ha aprovechado su diálogo con líderes indígenas al nivel mundial,
como también realizado un estudio venidero en Centroamérica, para el cual se
realizaron encuestas a 15 comunidades indígenas en seis países. De las
encuestas surgieron tres factores críticos para la resiliencia: el capital
natural, el capital cultural y el capital social.
El
capital natural: Durante la pandemia, los pueblos indígenas que tenían derechos
y acceso seguro a sus territorios y los
recursos naturales fueron los que pudieron producir alimentos (i), recolectar
plantas y hierbas con fines medicinales (i) y aislarse para evitar el contagio.
Las encuestas realizadas en Centroamérica revelaron que el 60% de los
encuestados consideraba que el acceso a la biodiversidad era el recurso más
importante para la supervivencia durante la pandemia, muy por encima de los ingresos monetarios o
los subsidios de los Gobiernos o la cooperación internacional.
Capital
cultural: El conocimiento tradicional, la medicina tradicional y las economías
no monetarias tradicionales han sido críticos para los pueblos indígenas, al
permitirles aprovechar su capital natural para la supervivencia. La medicina
tradicional ha sido el recurso de salud primario, y en muchos casos, el único
para los pueblos indígenas durante la pandemia.
Las encuestas realizadas en Centroamérica revelaron que la cantidad de
médicos tradicionales supera en gran medida a la de los especialistas en
medicina occidental que trabajan dentro de las comunidades indígenas. En las
comunidades encuestadas, el 97 % de los entrevistados respondió que utilizaba
remedios tradicionales para tratar sus necesidades de salud durante la
pandemia, y el 80 % dijo que las parteras eran la fuente primaria de atención
de las embarazadas.
Las
economías tradicionales indígenas eran vitales para la seguridad alimentaria.
Estas economías dependen de una organización colectiva de la producción y la
atención de los más vulnerables a través del intercambio de alimentos, semillas
y remedios entre las familias y las comunidades. De las 15 comunidades
encuestadas, siete tenían economías tradicionales sumamente activas, con el 70
% o más de sus alimentos obtenidos mediante la autoproducción o el comercio
entre comunidades. De estas últimas, cinco informaron que no habían sufrido
escasez de alimentos ni hambre en el último año. Por el contrario, las tres
comunidades que declararon haber experimentado una escasez severa de alimentos
y hambre dependían mucho más de la compra de alimentos de fuentes externas. Por
ejemplo, una comunidad Emberá en Chagre (cerca de la Ciudad de Panamá), que se
dedicaba por completo al turismo y tenía una tasa de pobreza relativamente baja
(23 %) antes de la pandemia, se encontró sin alimentos ni ingresos cuando
empezó la crisis. Su supervivencia dependió en gran parte de la solidaridad de
otros, entre ellos los pueblos Embera y Wounaan de sus territorios ancestrales
que vivían con tasas de pobreza monetaria mucho más altas (entre el 48 % y el
70 %) pero que los lograran enviar alimentos durante más de tres meses.
Capital
social: La cohesión social y la solidaridad son entre los principios base de
las culturas indígenas en todo el mundo. Los pueblos indígenas con estructuras
robustas de gobierno tradicional pudieron cerrar las fronteras comunitarias,
organizar asistencia para los más vulnerables dentro de sus comunidades,
distribuir semillas ampliamente, activar economías tradicionales para la
producción de alimentos y coordinar iniciativas con las autoridades del Estado
y de afuera. Las encuestas realizadas en Centroamérica revelaron que, en 12 de
15 comunidades, las mujeres manejaban el ingreso familiar y encabezaban
esfuerzos para entregar a los más vulnerables ahorros limitados familiares y de
sus bancos comunitarios.
En
el último año, el Banco Mundial ha propuesto diferentes marcos en que la
institución se compromete con principios de la inclusión y la sostenibilidad,
por ejemplo el documento sobre la respuesta y la recuperación ante la COVID-19
y la reconstrucción mediante un modelo de desarrollo verde, resiliente e
inclusivo (GRID) (PDF, en inglés) y el Plan de Acción sobre el Cambio Climático
2021-2025 (i). Estos marcos dan lugar a una plataforma que el Banco puede
apalancar para apoyar la resiliencia de los pueblos indígenas. La experiencia
observada a nivel mundial y las enseñanzas extraídas de los diálogos actuales
del Banco con los pueblos indígenas indican que apoyar su resiliencia requerirá
enfoques especiales, que reconocen, salvaguardan y empoderan su propio capital,
el cual está altamente interrelacionado con la seguridad de acceso a tierras y
a los recursos naturales y sus conocimientos, medicinas y economías
tradicionales.
En
el aniversario de Hiroshima, Guterres lamenta la lentitud de la
desnuclearización (09 DE AGOSTO DE 2021) FUENTE: HTTPS://NEWS.UN.ORG/: El
titular de la ONU alaba el espíritu de los hibakusha, los supervivientes, que
han dedicado sus vidas a compartir sus experiencias y a hacer campaña para que
nadie más sufra su destino.
El
secretario general de la ONU ha subrayado su compromiso con la consecución de
un mundo libre de armas nucleares y ha instado a los gobiernos a redoblar sus
esfuerzos para hacer realidad este objetivo.
"La
única garantía contra el uso de las armas nucleares es su total
eliminación", dijo António Guterres, en un mensaje de vídeo dirigido al
Memorial de la Paz de Hiroshima en Japón, celebrado el viernes.
La
ceremonia anual conmemora el bombardeo atómico de la ciudad el 6 de agosto de
1945 durante la Segunda Guerra Mundial.
El titular de la ONU recordó el impacto que tuvo sobre la población y la
ciudad.
"En
este día, hace 76 años, una sola arma nuclear provocó un sufrimiento
inimaginable a los habitantes de esta ciudad, matando a decenas de miles de
personas al instante, a decenas de miles tras el bombardeo y a muchas más en
los años siguientes", dijo.
Una
visión compartida: Sin embargo, añadió que Hiroshima no sólo se define por la
tragedia que se desencadenó en ella.
"La
defensa sin parangón de sus supervivientes, los hibakusha, es un testimonio de
la resistencia del espíritu humano", dijo el Secretario General. "Han
dedicado sus vidas a compartir sus experiencias y a hacer campaña para que
nadie más sufra su destino".
Guterres
dijo que la ONU comparte la visión de los hibakusha de un mundo sin armas
nucleares, que fue objeto de la primera resolución de la Asamblea General,
aprobada sólo cinco meses después del bombardeo, mientras que el Tratado sobre
la Prohibición de las Armas Nucleares entró en vigor el pasado mes de enero.
El
Secretario General expresó su profunda preocupación por la falta de avances en
la consecución de un mundo libre de armas nucleares.
Primeros
pasos bienvenidos: "Los Estados en posesión de armas nucleares han estado
modernizando sus arsenales en los últimos años, provocando una nueva carrera
armamentística. Pero las decisiones de la Federación Rusa y de Estados Unidos
de ampliar el nuevo tratado START y de entablar un diálogo sobre el control de
armas son unos primeros pasos bienvenidos para reducir el riesgo de catástrofe
nuclear", dijo.
Guterres
hizo un llamamiento a los países que poseen armas nucleares para que adopten
medidas de reducción del riesgo, tanto individual como conjuntamente, y dijo
que "nunca podemos dar por sentada la norma contra el uso de armas
nucleares".
También
instó a los gobiernos a aprovechar la próxima Décima Conferencia de Revisión
del Tratado de No Proliferación Nuclear para reforzar su compromiso con un
mundo libre de armas nucleares.
Cambio
climático: El ser humano ha calentado el planeta a un nivel nunca visto en los
últimos 2000 años (10 DE AGOSTO DE 2021) FUENTE: HTTPS://NEWS.UN.ORG/: Todos
los científicos coinciden en observar que el clima está cambiando en todos los
rincones del planeta a una escala sin precedentes. Algunos de esos cambios
serán irreversibles por miles y cientos de miles de años. Solo una acción
enérgica y duradera en la reducción de gases de efecto invernadero puede
limitar su alcance.
Un
nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático demuestra que las emisiones de gases de efecto invernadero de las
actividades humanas son responsables de un calentamiento del planeta en un 1,1°
grados centígrados desde el periodo 1850-1900 hasta la actualidad.
Más
alarmante es el hecho de que el estudio predice que se espera que la
temperatura global alcance o supere los 1,5 °C o más de calentamiento en los
próximos 20 años.
Esta
evaluación se basa en los conjuntos de datos recogidos por todos los científicos
del mundo dedicados a observar el clima.
El
informe es un código rojo para la humanidad. Las señales de alarma son
ensordecedoras y las pruebas son irrefutables.
Todos
ellos son unánimes en observar que el clima está cambiando en todos los rincones
del planeta a una escala no vista en miles y hasta cientos de miles de años. Y
coinciden que algunos de esos cambios en marcha serán irreversibles por miles y
hasta cientos de miles de años.
Aún
hay tiempo para minimizar el impacto: Pero todos también están de acuerdo que
“una reducción enérgica y duradera de las emisiones de dióxido de carbono y
otros gases de efecto invernadero pueden limitar la magnitud del cambio
climático”.
Según
los cálculos de los científicos, esas reducciones pueden tener beneficios
rápidamente para la calidad del aire, pero puede tomar entre 20 y 30 años hasta
que las temperaturas de la Tierra se estabilicen.
El
informe Cambio Climático: la bases científicas fue aprobado el
viernes pasado por los 195 gobiernos que forman parte del citado Grupo, y se
trata de la primera entrega de las seis que se publicarán hasta el año 2022.
“El
informe refleja un esfuerzo extraordinario bajo unas circunstancias
excepcionales”, dijo said Hoesung Lee, presidente del Grupo Intergubernamental.
“Los hallazgos de este informe y los avances que refleja acerca de la ciencia
que estudia el clima proporcionan una contribución inestimable a las
negociaciones y la toma de decisiones relacionadas con el clima”.
Pero
no mucho y luego no podrá revertirse: Una de las novedades del documento son
las nuevas estimaciones sobre las probabilidades que existen de cruzar el nivel
de los 1,5 grados de calentamiento en las próximas décadas y revela que, a
menos que haya una inmediata reducción a larga escala de los gases de efecto
invernadero, limitar la subida de la temperatura media de la Tierra a esa
barrera o incluso a la de los 2° será imposible de alcanzar.
Estas
predicciones se basan en una mejora de la observación de los datos que sirven
para evaluar el calentamiento histórico, así como en un avance del
entendimiento científico de la repuesta del sistema climático por las emisiones
de los gases emitidos por la actividad humana.
“Este
informe es una prueba de la realidad”, asegura la copresidenta del Grupo de
Trabajo del IPCC Valérie Masson-Delmotte. “Ahora tenemos una mejor imagen del
pasado, el presente y el futuro del clima, lo que es esencial para entender
hacia dónde nos dirigimos, qué se puede hacer y cómo prepararnos”.
Código
rojo para la humanidad: Tras conocerse el informe, el Secretario General de la
ONU dijo que este era nada menos que "un código rojo para la humanidad.
Las señales de alarma son ensordecedoras y las pruebas son irrefutables".
António
Guterres señaló que el umbral de calentamiento global acordado
internacionalmente de 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales
estaba "peligrosamente cerca". Corremos el riesgo inminente de
alcanzar los 1,5 grados a corto plazo. La única manera de evitar que se
sobrepase este umbral es redoblar urgentemente nuestros esfuerzos y perseguir
la vía más ambiciosa.
"Debemos
actuar con decisión ahora, para mantener vivo el umbral de los 1,5
grados".
El
titular de la ONU explicó que las soluciones están claras:
"Las economías inclusivas y verdes, la prosperidad y un aire más limpio,
junto con una mejor salud, son posibles para todos, si respondemos a esta
crisis con solidaridad y valor", dijo.
Añadió
que antes de la crucial conferencia sobre el clima COP26, que se celebrará en
Glasgow en noviembre, todas las naciones -especialmente las economías avanzadas
del G20- deben unirse a la coalición de emisiones netas cero, y reforzar sus
promesas de frenar y revertir el calentamiento global, con planes creíbles,
concretos y mejorados" que establezcan medidas detalladas en las llamadas
Contribuciones Nacionales Determinadas.
Todos
rincones del planeta afrontan cambios: Muchas de las características del clima,
se explica en el informe, dependen directamente del nivel del calentamiento
global, pero lo que las personas y las regiones experimentan es muy diferente
de ese promedio. Por ejemplo, el calentamiento de la superficie terrestre es
mayor que el del promedio del planeta y en el Ártico es hasta dos veces mayor.
“El
cambio climático está afectando cada rincón del planeta de múltiples formas.
Los cambios que experimentamos aumentarán con el incremento del calentamiento”,
dijo Panmao Zhai, el otro copresidente del Grupo de Trabajo del IPCC.
El
informe proyecta que en las décadas venideras los cambios en el clima
aumentarán en todas las regiones.
Así,
con un aumento de 1,5°C, habrá más olas de calor, las estaciones cálidas serán
más largas y las frías más cortas. Y con un aumento de 2° C, los eventos
extremos de calor serán más frecuentes y se llegará a niveles de tolerancia
crítica para la salud y la agricultura.
Pero
no es solo una cuestión de temperatura. El cambio climático traerá múltiples
cambios diferentes en diferentes lugares, que se acrecentarán con un mayor
calentamiento. Esto incluye cambios en la humedad y la sequedad, en los
vientos, la nieve y el hielo y en las áreas costeras.
Las
inundaciones del siglo serán las inundaciones del año: Entre tales cambios, el
informe destaca:
• Intensificación del ciclo del agua.
Esto significa lluvias más intensas, inundaciones y sequías más pertinaces
• Cambio en los patrones de lluvias. En
las latitudes altas, la precipitación posiblemente aumentará, mientras que se
proyecta que decrezca en los zonas subtropicales. La precipitación de los
monzones variará, siendo diferente en cada región
• Las áreas costeras verán continuar la
subida del nivel del mar a lo largo del siglo XXI, lo que contribuirá a mayores
inundaciones en las zonas más bajas y a una mayor erosión. Los fenómenos
extremos costeros que antes se producían cada cien años, ahora se registrarán
cada año
• Un mayor calentamiento amplificará el
deshielo de la capa de permafrost y la pérdida de la nieve de temporada, así
como el derretimiento de los glaciares y la pérdida de la capa ártica durante
el verano
• Los cambios en el océano conducirán a
un calentamiento con mayores olas de calor marinas, la continuación de la
acidificación del agua, la reducción de los niveles de oxígeno. Tales cambios,
que continuarán a lo largo de todo el siglo, afectarán tanto los ecosistemas
marinos y la capacidad de las personas de confiar en ellos
• En las ciudades, algunos aspectos del
cambio climático se verán aumentados, como el aumento del calor (las zonas
urbanas son de por sí ya más cálidas que sus alrededores, la frecuencia de las
inundaciones por las lluvias y el aumento del nivel del mar en las urbes
costeras.
Por
primera vez, este informe de seis entregas, suministra una valoración regional
más detallada del cambio climático, incluyendo información útil para los
impactos de riesgo, la adaptación y la toma de decisiones. También facilita un
nuevo marco que ayuda a traducir los cambios físicos que producirá el cambio
climático -el calor, el frío, la lluvia, la nieve, la sequía, el viento, las
inundaciones costeras y más- en términos de su repercusión en las sociedades y
os ecosistemas.
La
información regional puede explorarse en detalle en el nuevo Atlas interactivo
desarrollado por el Grupo Intergubernamental, así como en las páginas
regionales dedicadas al respeto en el informe.
La
influencia de la actividad humana en el pasado y el futuro del clima: “Ha sido
claro durante décadas que el clima de la tierra estaba cambiando y que el papel
de la influencia de los seres humanos en los sistemas climáticos es
indiscutible, aseguró Masson-Delmotte.
No
obstante, el nuevo informe también refleja importantes avances en la ciencia de
la atribución, es decir, la comprensión del papel del cambio climático en la
intensificación de los fenómenos meteorológicos y climáticos, como las olas de
calor extremas y las lluvias torrenciales.
Los
científicos que han participado en la redacción del informe también han querido
mostrar como la acción humana todavía tiene el potencial de determinar el
futuro del clima.
Hay
claras pruebas de que el dióxido de carbono es el principal agente del cambio
climático, aún cuando otros gases de efecto invernadero y contaminantes del
aire también afectan al clima.
"Estabilizar
el clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas de las emisiones
de gases de efecto invernadero de efecto invernadero y llegar a cero emisiones
netas de CO2. Limitar otros gases de efecto invernadero y contaminantes
atmosféricos, especialmente el metano, podría ser beneficioso tanto para la
salud como para el clima", concluyó Zhai.
Sobre
el Grupo Intergubernamental: El Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) es el principal órgano
internacional para la evaluación del cambio climático. Fue creado por el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la
Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 1988 para ofrecer al mundo una
visión científica clara del estado actual de los conocimientos sobre el cambio
climático y sus posibles repercusiones medioambientales y socioeconómicas. En
el mismo año, la Asamblea General de las Naciones Unidas hizo suya la decisión
de la OMM y del PNUMA de crear conjuntamente el IPCC.
El
IPCC es un órgano científico. Examina y evalúa la bibliografía científica,
técnica y socioeconómica más reciente producida en todo el mundo pertinente
para la comprensión del cambio climático. No lleva a cabo investigación alguna
ni supervisa los datos o parámetros relativos al clima.
El
IPCC es un órgano intergubernamental. Pueden formar parte de él todos los
países miembros de las Naciones Unidas y de la OMM. Actualmente, 195 países son
miembros del IPCC. El Grupo Intergubernamental de Expertos se reúne por lo
menos una vez al año en sesión plenaria al nivel de representantes de los
gobiernos en que se toman las principales decisiones sobre el programa de
trabajo del IPCC y se elige a los miembros de la Mesa, entre ellos el
Presidente. Los gobiernos participan también en la exploración del alcance de
los informes, la designación de los autores y el proceso de examen, y aceptan,
adoptan y aprueban los informes en las sesiones plenarias.
Por
su carácter científico e intergubernamental, el IPCC encarna una oportunidad
excepcional de ofrecer información científica rigurosa y equilibrada a las
instancias decisorias. Al hacer suyos los informes del IPCC, los gobiernos
reconocen la autoridad de su contenido científico. Así pues, la labor de la
organización es pertinente para la adopción de políticas y, sin embargo,
neutral al respecto, nunca preceptiva.